lunes, 24 de diciembre de 2012

Capítulo 34

Cuando llegó nuestro turno entramos y dejamos que el médico hiciera su trabajo. Media hora después los resultados estaban.
Médico: enhorabuena, ¡es un saludable y fuere niño! 
Miré mi barriga y después miré a John, que estaba con la boca abierta, mirando al doctor y a mi. Cogí su mano y la apreté. Me miró y sonrió.
John: ¡es un niño amo mío! - se levantó y me cargó en brazos, me dio vueltas por toda la consulta, provocando la risa del doctor y la mía
Cande: sí cielo, ¡es un niño!
Salimos de la consulta y en vez de ir al aparcamiento, donde estaba nuestro coche, me llevó al borde de río Tamesis y nos setamos en un banco. 
John: - me cogió las manos y las acarició lentamente - te amo Candela, estoy deseando casarme contigo, ir a comprar cosas para nuestro pequeño bebé... que por cierto hay que pensar un nombre para él... preparar fiestas, cenas, reuniones...
Cande: tranquilo Johnny, aún quedan varios meses, no te precipites - me reí y le acaricié la mejilla, me besó y yo me apoyé en su pecho - oye... ¿pensamos ahora los nombres para el bebé?
John: vale... yo aporto... John - sonrió como un tonto - Stuart y... Charles, como tu padre 
Cande: yo... Nathan, Michael y... Julian, por tu madre - vi como miraba el agua que se movía en el río y le froté la espalda
John: que te parece John Charles Julian Lennon? - me miró
Cande: ¡me encanta! ¡Es perfecto John! - le abracé - John Charles Julian Lennon - posé mi mano lentamente sobre mi barriga y la moví, noté como la de John se posaba sobre la mía y movíamos las dos juntas

-Narra María-
Caminaba por la calle intentando pasar desapercibida. Mis grandes gafas negras cubrían las horribles ojeras que se habían formado por debajo de mis ojos. No quería que nadie me viera en ese estado, mi imagen era lo más importante de mi, era mi trabajo, lo que me daba el dinero y pagaba mi comida. Llevaba días encerrada en mi piso, sin querer ver a nadie, ni siquiera a Paul. 
Quizá desde pequeña siempre había guardado mis problemas en mi interior y ahora era uno de esos momentos en los que, teniendo quizá el mayor problema y el que podría cambiarme más la vida, no se lo contaba a nadie y lo "iba a solucionar" yo sola. 
Llegué a mi destino y compré lo necesario. El corazón me latía muy fuerte, sentía que se me salía del pecho. No era capaz ni de caminar bien, parecía que estaba ebria, las piernas me temblaban y las manos también. Compré un café solo, necesitaba despejarme la mente, llevaba dos días sin casi dormir. 
Sentada en un banco bebí lentamente el café, repasando las opciones que tenía dependiendo del resultado. Y si... pero si luego... y si era que no... Paré de pensar en eso, o por lo menos lo intenté. Era imposible, mi vida dependía de eso...
En mi viaje de vuelta a casa mi mente vagaba de un lado a otro. Las veía a ellas con sus pequeños y me entraban ganas de vomitar. Los veía a ellos acompañándoles y no podía evitar sonreír en alguna parte de mi ser. ¿Alguna vez él haría eso?
Al llegar a casa (Tn) estaba sentada en el portal. La miré a través de mis gafas y ella se levantó nerviosa y caminó hacia mi.
(Tn): María - parecía que había dormido tanto, o más bien tan poco, como yo 
María: (t-tn) - levanté un poco la vista - ¿pasó algo? 
(Tn): ¿puedo pasar? - asentí y me siguió, entramos en mi piso y nos sentamos las dos en el sofá 
María y (tn): creo que estoy embarazada - ambas miramos hacia arriba sorprendidas, miramos a los ojos de la otra.
 
-Narra Paul-
Creía que ya tenía la forma de pedirle matrimonio a María, pero el problema era que tenía que ser de una forma poco común, algo sorprendente; pero, como siempre, los chicos me habían fastidiado la idea. Al parecer, llevarla a cenar y meter el anillo en el pan no era algo "innovador" e "increíble"; pero ¡ya tenía mi nueva idea! 
Esa mañana me levanté con ganas de ver a María, con un deseo irrefrenable de abrazarla y sostenerla en mis brazos día y noche.
Me levanté y me duché a toda prisa. Me puse unos pantalones vaqueros y una camiseta y me arreglé. 
De camino a su casa le compré una caja de bombones en forma de corazón. Al llegar llamé al timbre y me abrió ella. Tenía unas grandes ojeras y los ojos rojos e hinchados, supuse que de llorar. Detrás de ella vi a (tn), sentada en el sofá y con el mismo aspecto que ella; eso me empezó a extrañar.
María: ¡Paulie! - se lanzó a mis brazos y se apoyó en mi pecho
Paul: - puse mis brazos alrededor de ella y la acerqué a mi - María, ¿que pasa? ¿Has estado llorando? - puse mi mano en su barbilla y le levanté la cara para poder mirarla directamente a los ojos - ¿Que ha pasado?
María: p-pasa - su voz temblaba algo - es una larga historia
Entré, aún abrazándola, y nos sentamos en el sofá enfrente de (tn).
María: Paulie... sabes aquel día que fuimos en barco, en las Bahamas, y yo tenía... bueno... tenía la regla, ya sabes, y nosotros... nos acostamos y no debiste usar protección porque... p-porque.. - se le cortaba la voz
(Tn): cree que está embarazada - su voz parecía cansada y carente de expresion, pero lo que me dijo era lo importante, lo que me había dicho era... era... ¡¿EMBARAZADA?!  María podía estar embarazada de mi... Cogí aire y la miré, sonreí y la abracé
Paul: - empecé a besarla - amor mío, ¡ESO ES FANTÁSTICO! Un bebé, un precioso bebé. ¡Nuestro y solo nuestro! - la besé una vez más - ¡sería maravilloso amor! - me acordé de los bombones y se los di
María: - sonrió, de una manera muy leve, pero lo hizo - ¿de verdad crees que es maravilloso? - asentí emocionado - Pero es mi trabajo... Vivo de mi imagen...
Paul: mira, aunque estés embarazada serás la modelo, la chica, la mujer más hermosa del planeta - le volví a besar

Hoooolaaa! Aquí estoy de nuevo. Un capítulo lleno de enigmas jajajajaja, ¿que pasará ahora con (tn) y María? Aquí os dejo un pequeño adelanto de lo que pasará en los próximos capítulos.

X: cariño, estoy embarazada
Y: creía que estaba embarazada, pero no lo estoy...
Z: lo sentimos, ha fallecido

¡Comentad! Gracias por leer.

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